Debemos prestar atención a las señales que nos envía nuestra silla de oficina para saber cuándo hay que cambiarla.

Roturas de la silla o piezas:

Esta es la primera razón por la que solemos reemplazar las sillas de oficina. Esto no te hace ni plantearte si debes hacerlo, ya que la ves rota y entonces la cambias. Es obvio que llama más a la vista una silla rota que una que no se ve tanto el daño.

Otra de las señales que llaman al cambio son las ruedas, si ves que ya no rueda igual que antes es señal de que es hora de modificarla.

También es importante que los ajustes ergonómicos de la silla funcionen correctamente, ya que si no lo puedes ajustar a tu cuerpo podrá derivar en problemas de salud.

Debemos vigilar la espuma en el cojín del asiento, con el tiempo tiende a aplanarse, y estar cómodo es una parte importantísima que ayudará, entre otras cosas, a la productividad de la persona en el puesto de trabajo.

A veces no hay ninguna razón científica para reemplazar una silla de trabajo. Podría reducirse a algo tan simple como que la silla no sea cómoda para ti.

En la silla de la oficina, pasas aproximadamente el mismo número de horas que pasas durmiendo, y si no duermes en un colchón con el somier roto o en mal estado, es importante cuidar también tu silla de oficina y siempre tenerla a punto para trabajar de la manera más confortable posible.

Cada silla es diferente, es por ello que no a todas las personas les puede resultar cómoda la misma. Cada trabajador tiene que saber si su silla le sienta bien o mal y hacérselo saber al responsable de su empresa, ya que de esa silla va a depender su salud a largo plazo.

Si todavía no sabes si necesitas cambiar tu silla, estamos aquí para ayudarte, tenemos una amplia gama de sillas de oficina y una exposición donde se pueden probar todos los modelos para encontrar el que más se adapte a ti.